sábado, 16 de mayo de 2015

Yo, minoría absoluta.
Erase una vez, una golfa más que vuelve a escribirte.
A ti, so payaso, material defectuoso, perro callejero, caballero andante, duende del parque, pequeño rocanrol endémico.
Hoy nos levantamos contra todos, cerca del suelo, para contar las experiencias de un batracio, para decir que ni principes ni princesas, para felicitar a Jesucristo Garcia, para bailar otro tango suicida, para seguir sin dios ni amo, porque te juzgaran solo por tus errores (yo no) y tu corazón va a seguir volando solo en una relación convencional, mientras va buscando una luna.
Hoy en la calle esperanza s/ntodos me dicen que su culo es miel, que que sonrisa tan rara, que pide un deseo, que tengo rojitas las orejas y yo les digo que será que soy extremaydura.
Sucede que os digo que iros todos a tomar por culo que a fuego este es el autorretrato y las historias prohibidas.
Con un latido del reloj os digo que donde están mis amigos.
Estoy en la vereda de la puerta de atrás,  porque decidí Salir y aunque me quedara en standby, necesito drogas y amor.
Pero eso sí, no me calientes que me hundo.
Aunque soy de acero, no se mezclar agua con sed, porque Pepe Botika me dice: correcaminosestate al loro.
Tengo una ley innata, porque entre el sueño y la realidad, tengo lo de fuera y lo de dentro.
Porque si te vas... Mi espiritu imperecedero, haria otra inutil cancion para la paz, que fuera una dulce introducción al caos.
Este es el poema sobrecogido y mama, mi voluntad es que esto sea para contra todos los públicos, porque soy Yo, minoría absoluta.
Felicidades Robe.

lunes, 11 de mayo de 2015

eres mucho más que todo eso.

Yo no soy lo que sientes cuando oyes a Robe.
Tampoco soy aquel verso de Neruda, ni tuve la oportunidad de escribir un libro de poemas. 
Quizás no sea eso, pero intento imitar los versos de Ismael Serrano para verte sonreír. 
Te busco, casi siempre con éxito, entre mis apuntes en esos eternos cuaderno. 
Intento, intento, pero tu sonrisa me asegura que lo consigo, como me da esa seguridad la música de mis oídos. A.C.H.



Tú, si tú, la que está detrás de esta pantalla, ya me imagino esa sonrisa, como me imagino a Machado poniendo la bandera repúblicana en Segovia. Tú, si tú, la que hace que escriba todo esto con más ganas que miedo al no saber que pensarás. 
Tú, si tú , que eres mi musa de todos los textos como Matilde a
 Neruda.
Tú, si tú, que te sabes Extremoduro de memoria y te emocionas con Robe. 
Tú, si tú, ya no me puedo callar más que echo de menos tu labios, si, los tuyos. A.C.H.



domingo, 10 de mayo de 2015

Ahora.
Ahora, que los días vuelven a hacerse más largos, que la lluvia empapa los cristales otra vez, que nos empapa a nosotros que nos besamos bajo una capucha, mojados.
Ahora que sé junto a quien luchar.
Ahora que solo los peces muertos siguen la corriente, hemos querido ser esos pájaros que se escapan de la jaula desafiantes para poder volar libres.
Ahora, te busco entre las paredes de una habitación.
Ahora que el frío se cuela en cada rincón te busco entre unos versos de Neruda, te busco entre las páginas de un libro de poemas.
Y ahora que te he encontrado, que ya sé como suda tu cuerpo, que tienes mis arañazos en ti, ahora que vivo en tu piel.
Ahora, no quiero vivir en otro cuerpo que no sea el tuyo, porque el hogar no son los edificios, el hogar son las personas, las sonrisas, los besos, las miradas de complicidad, las caricias.
El hogar es la persona que consigue hacernos reír llorando. 
La persona que nos cuida y nos apoya, con la que seguir adelante. 
Y sí, si las personas son el hogar, como diría Marea, mi casa está donde estás tú

domingo, 3 de mayo de 2015

No sé.
No se si tendré fiebre o que me muero por recorrer tu cuerpo con mis labios. 
Por sentir tu piel junto a la mía.
Notar como sudas, conmigo. Quitarme las dudas, contigo. 
Que me quites la ropa y el miedo.
Encontrarte entre las sábanas, junto a un libro de poemas.
Poner en los altavoces Extremoduro y dejarnos llevar mientras Robe canta.
Que me acaricies y me beses despacio, poco a poco.
Que me hagas temblar con unas cuantas palabras, con unos versos que me dediques.
Ir al salón y que me abraces por la espalda, como si fuera el fin del mundo.
Decirte que te amo como una loca sin camisa de fuerza, como un tiburón buscando el fin del océano. Como la cuerda que sujeta una marioneta y tiene miedo de dejarla caer y se rompa.
Te necesito como el humo a los labios del pianista que tocaba canciones tristes.
Te necesito, como una bala necesita ir a 100km/h.
Te necesito, como la tricolor necesita ondear en lo alto.